Hechos 13,44-52
“Ahora nos dirigiremos a los paganos”
Salmo 97
“Cantemos las maravillas del Señor. Aleluya”
San Juan 14,7-14
“¿No es éste el hijo del carpintero?”
En este día del trabajo recordamos a San José como patrono de todos los trabajadores, como obrero y cómo no recordar también a Jesús que en el taller de José se unió a todos los trabajadores y con su sudor también supo ganarse el pan de cada día. El trabajo en nuestros días ha perdido mucho su sentido de creación, de colaboración y cuidado, que hacen del hombre imagen de Dios que le confía el cuidado de sus creaturas. Ha tomado más el sentido de una ocupación y de una máquina. Entonces al hombre se le mira solamente como una tuerca en todo el entramado de la producción y le hace perder su sentido humano y su dignidad de hijo. Son justos los reclamos de quienes no tienen trabajo y no encuentran posibilidades para sostenerse y sostener a su familia, pero mientras se privilegie el sentido económico sobre el sentido social y humano, será difícil crear nuevas estructuras y situaciones que ayuden a una vida más digna para todos y cada uno de los hombres. Es triste comprobar las injusticias de un sistema que produce cada día más pobres y que se olvida de la dignidad de las personas y mira solamente las ganancias y los intereses económicos. Es muy difícil en esas circunstancias descubrir la verdadera dignidad y valor del trabajo. Sin embargo deberemos seguir luchando por crear condiciones cada vez más dignas para los trabajadores y nuevos y mejores empleos para los jóvenes y tantas personas que se encuentran sin trabajo. En este día sintamos a San José como un obrero y trabajador más. En este día también sintamos muy cercano a Jesús que con sus manos transforma y alimenta, que acompaña a cada hermano y hermana en sus actividades, que da sentido a nuestras vidas. Hagamos nuestra oración y nuestro compromiso con quienes no tienen trabajo o lo tienen en condiciones inhumanas. Que Cristo obrero camine en este día con nosotros y lo sintamos muy cercano acompañándonos
sábado, 1 de mayo de 2010
1 de Mayo de 2010, Evangelio del día, San José Obrero
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