lunes, 3 de mayo de 2010

Cottolengo, un campeón de la caridad




Benedicto XVI: "No se sientan extraños al destino del mundo, siéntanse tejidos valiosos de un bello mosaico que Dios, como gran artista, va formando día a día también a través suyo".


Fue un intenso abrazo el de Benedicto XVI y los enfermos de la "Pequeña Casa de la Divina Providencia". En Turín, el Papa encontró a aquellos que la sociedad tiende a marginar, como intentando volver invisible el dolor humano. A ellos, a todos y a cada uno, el pontífice recordó cómo "ofreciendo nuestro dolor a Dios a través de Cristo, podemos colaborar en la victoria del bien sobre el mal, porque Dios vuelve fecunda nuestra ofrenda, nuestro acto de amor". En un ambiente recogido y lleno de alegría por la visita del sucesor de Pedro, Benedicto XVI lodó la vida y la obra de San José Cottolengo, definido "un campeón de la caridad". "Él comprendió, precisó el Papa, que quien es golpeado por el sufrimiento y el rechazo tiene a cerrarse, a aislarse y a manifestar desconfianza hacia la misma vida". "Por lo tanto, el hacerse cargo de tantos sufrimientos humanos significaba, concluyó, crear relaciones de cercanía afectiva, familiar y espontanea, dando vida a estructuras que pudieran favorecer esta cercanía, con el estilo de familia que continúa hoy".

No hay comentarios: