Ceremonia de Canonización en Roma
Modelos de caridad suprema
El Vicario de Cristo subrayó que estos santos son fruto de la fe arraigada en el pueblo mexicano. El V domingo de Pascua, 21 de mayo Juan Pablo Il canonizó en la plaza de San Pedro a veintisiete beatos mexicanos: Cristóbal Magallanes y veinticuatro compañeros mártires (tres de ellos eran laicos; los demás, sacerdotes diocesanos); el presbítero José María de Yermo y Parres, fundador de la congregación de las Siervas del Sagrado Carazón de Jesús y de los Pobres; y la religiosa María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, fundadora de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús.
Tanto los mártires como la religiosa fueron beatificados por Juan Pablo Il en la basílica de San Pedro el 22 de no-viembre de 1992; el beato José María de Yermo fue beatificado también por Juan Pablo II, pero en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México, el 6 de mayo de1990.
Más de veinte mil peregrinos vinieron de las distintas partes de México para participar en la canonización. Encabezaban la peregrinación nacional los cardenales Adolfo Antonio Suárez Rivera, arzobispo de Monterrey, Juan Sandoval Iñiguez arzobispo de Guadalajara; y Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, junto con sesenta obispos de la Conferencia episcopal, entre ellos el presidente, Mons. Luis Morales Reyes, arzobispo de San Luis Potosí. Numerosos eran también los presbíteros (concelebraron con el Santo Padre trescientos cincuenta, la mayor parte mexicanos); entre los numerosísimos fieles que participaron en la ceremonia se hallaban: un sobrino de Manuel Morales, uno de los laicos martirizados, miembro de la Acción católica y Presidente de la Liga nacional en defensa de la libertad religiosa; el presidente de la Acción católica mexicana, Ricardo Martínez; muchos descendientes de la familia de José María de Yermo y Parres; y religiosas de las congregaciones fundadas por los nuevos santos: las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, procedentes de México, Colombia, Guatemala y África, encabezadas por la superiora general, madre Guadalupe Lucía Bertoglio; y las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, encabezadas por la superiora general, madre Laura Mercedes Durán.
La inmensa asamblea de fieles que asistió al solemne rito se preparó a él con lecturas, cantos y oraciones . De los balcones de la fachada. de la basílica pendían cuatro tapices con las figuras de los santos.
Concelebraron con Su Santidad el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité para el gran jubileo, y los tres cardenales mexicanos, así como setenta arzobispos y obispos. Asistieron otros seis cardenales y varios arzobispos y obispos, entre ellos el prefecto de la Congregación para las causas de los santos, mons. José Saraiva Martins, c.m.f. En lugares especiales se hallaba el Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, acompañado de mons. Pedro López Quintana, asesor de la Secretaría de Estado para los asuntos generales.
Al comienzo de la santa misa, el prefecto de. la Congregación para las causas de los santos, acompañado de los postuladores de las causas, mons, Oscar Sánchez Barba y p. Antonio Sáez de Albéniz, o.ss.t., postuló la canonización de los veintisiete beatos y leyó una breve biografía de los mismos. A continuación, se cantaron las letanías de los santos. Con un gran aplauso la asamblea acogió la fórmula de canonización, pronunciada por el Vicario de Cristo.
Modelos de caridad suprema
El Vicario de Cristo subrayó que estos santos son fruto de la fe arraigada en el pueblo mexicano. El V domingo de Pascua, 21 de mayo Juan Pablo Il canonizó en la plaza de San Pedro a veintisiete beatos mexicanos: Cristóbal Magallanes y veinticuatro compañeros mártires (tres de ellos eran laicos; los demás, sacerdotes diocesanos); el presbítero José María de Yermo y Parres, fundador de la congregación de las Siervas del Sagrado Carazón de Jesús y de los Pobres; y la religiosa María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, fundadora de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús.
Tanto los mártires como la religiosa fueron beatificados por Juan Pablo Il en la basílica de San Pedro el 22 de no-viembre de 1992; el beato José María de Yermo fue beatificado también por Juan Pablo II, pero en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México, el 6 de mayo de1990.
Más de veinte mil peregrinos vinieron de las distintas partes de México para participar en la canonización. Encabezaban la peregrinación nacional los cardenales Adolfo Antonio Suárez Rivera, arzobispo de Monterrey, Juan Sandoval Iñiguez arzobispo de Guadalajara; y Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, junto con sesenta obispos de la Conferencia episcopal, entre ellos el presidente, Mons. Luis Morales Reyes, arzobispo de San Luis Potosí. Numerosos eran también los presbíteros (concelebraron con el Santo Padre trescientos cincuenta, la mayor parte mexicanos); entre los numerosísimos fieles que participaron en la ceremonia se hallaban: un sobrino de Manuel Morales, uno de los laicos martirizados, miembro de la Acción católica y Presidente de la Liga nacional en defensa de la libertad religiosa; el presidente de la Acción católica mexicana, Ricardo Martínez; muchos descendientes de la familia de José María de Yermo y Parres; y religiosas de las congregaciones fundadas por los nuevos santos: las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, procedentes de México, Colombia, Guatemala y África, encabezadas por la superiora general, madre Guadalupe Lucía Bertoglio; y las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, encabezadas por la superiora general, madre Laura Mercedes Durán.
La inmensa asamblea de fieles que asistió al solemne rito se preparó a él con lecturas, cantos y oraciones . De los balcones de la fachada. de la basílica pendían cuatro tapices con las figuras de los santos.
Concelebraron con Su Santidad el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité para el gran jubileo, y los tres cardenales mexicanos, así como setenta arzobispos y obispos. Asistieron otros seis cardenales y varios arzobispos y obispos, entre ellos el prefecto de la Congregación para las causas de los santos, mons. José Saraiva Martins, c.m.f. En lugares especiales se hallaba el Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, acompañado de mons. Pedro López Quintana, asesor de la Secretaría de Estado para los asuntos generales.
Al comienzo de la santa misa, el prefecto de. la Congregación para las causas de los santos, acompañado de los postuladores de las causas, mons, Oscar Sánchez Barba y p. Antonio Sáez de Albéniz, o.ss.t., postuló la canonización de los veintisiete beatos y leyó una breve biografía de los mismos. A continuación, se cantaron las letanías de los santos. Con un gran aplauso la asamblea acogió la fórmula de canonización, pronunciada por el Vicario de Cristo.
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