Mensaje del presidente del Consejo Pontificio para la Familia. La invitación del papa 'debe ser atendida con gran seriedad y compromiso por todos nosotros'
Ciudad del Vaticano, (Zenit.org)
Monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Consejo pontificio para la Familia ha publicado un sencillo pero muy profundo llamamiento a todas las familias para que participen en la jornada de ayuno y oración este sábado 7 de septiembre, para pedir por la paz en Siria, Oriente Medio y el mundo entero convocada por el papa Francisco.
Monseñor Paglia advierte que la invitación del papa "debe ser atendida con gran seriedad y compromiso por todos nosotros". Recuerda que "las imágenes que han dado la vuelta al mundo y las continuas trágicas noticias interpelan nuestro corazón, nuestra inteligencia, nuestra fe. Por eso los invito a acoger la propuesta del papa y a hacer también en su hogar un gesto de ayuno y oración".
Se dirige a los padre y les pide que "no tengan miedo de proponer a sus hijos una comida austera y mínima; será motivo para explicarles lo que está sucediendo en el mundo y cómo estos hechos terribles no nos pueden dejar indiferentes. Junto a la dureza de la crónica, no olviden comunicarles la esperanza de la paz ofrecida por Cristo Resucitado, que nos ha reconciliado con el mundo no con gestos violentos y de venganza, sino con el don de sí mismo".
Así mismo señala que no se debe olvidar "invitar a los abuelos y ancianos a esta comida, hecha con poco alimento y muchas palabras; si alguno de ellos ha experimentado momentos de guerra, puede contar lo que significa vivir bajo las bombas y en la incertidumbre del mañana y cómo rezaban en esos días".
También aprovecha la ocasión para dirigirse a los jóvenes. A ellos les dice que "no se quejen si el sábado no habrá mucha comida en la mesa, sino den gracias a sus padres por lo que les ofrecen, pídanles explicaciones y motivos por los que vale la pena seguir viviendo en esta tierra marcada con demasiada frecuencia por luchas y violencia".
"¡Juntos, en la mesa, para rezar!", finaliza el mensaje del presidente del Consejo pontificio para la Familia. Y concluye pidiendo: "por las familias de Siria, por los niños que mueren cada día por odio y por hambre, por los gobernantes llamados a encontrar soluciones de paz y no violentas. La lectura de un salmo, de una página evangélica, un misterio del Rosario, oraciones espontáneas hechas en voz alta, un simple canto; cada familia elija el modo que mejor le parezca para interceder, para ponerse en medio entre el misterio del mal que marca nuestra historia y el Dios de la paz que la sana y la salva".
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