viernes, 19 de febrero de 2010

Jesús en los días de su juventud




Meditando sobre cómo sería Jesús en su juventud, puedo visualizar a un joven lleno de luz en su mirar, veo aquel joven comprometido con la humanidad, un joven que sin duda estaría comprometido con el mundo de hoy, me lo imagino que estaría trabajando en serio, llevando esperanza y amor a los enfermos, a los que sufren, a los ancianos… Sería aquel joven hablando de Dios a niños, a los jóvenes y por supuesto a los ancianos. Era sin duda un joven incapaz de ignorar la injusticia, la opresión y la destrucción, de lo contrario, la norma de su actuar distaba mucho de la violencia, no cabe duda que Él vivía para amar.

Si reflexionamos acerca de lo que Dios le pide a la jóvenes el día de hoy, podemos ver el espejo de Jesús en su juventud, dándonos claro testimonio del hombre capaz de sentir hambre, sed, y ser tentado por el mal…. Ese chico educado, tolerante y respetuoso, no sólo con sus padres, sino aquel capaz de escuchar la opinión de los demás y ver con amor al otro para poder lograr relaciones profundas y de verdadera amistad.

Cuando pienso en aquel joven, admiro su tenacidad para luchar, su entrega, obediencia y paciencia. Es sin duda lo que hoy, Dios nos pide a todos los jóvenes, una juventud sincera, generosa y misericordiosa con uno mismo y con los demás, capaz de aceptar la propia derrota y los defectos; pero siempre con deseos de más, con esperanza e ilusión de perfeccionarse.

Jesús vivió la juventud para dar testimonio de lo que nuestro Padre nos pide y espera de nosotros, es una juventud con gran fortaleza espiritual, aquella que nos permita ir en contra de la triste destrucción, deshumanización y de la indiferencia ante el sufrimiento de los demás, que es lo que caracteriza hoy nuestra sociedad.

Y es que Jesús vivió con inmenso amor y gran pasión, siempre ocupándose en edificar para nosotros una vida de salvación…Él solo espera que nosotros como jóvenes vayamos en busca de El Camino, la Verdad y la Vida. Te invito a que sigamos y vivamos el testimonio de Jesús en su juventud…

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