sábado, 5 de junio de 2010

5 de Junio de 2010, Evangelio del día, Bonifacio


2Timoteo 4,1-8
“Cumple tu trabajo de evangelizador. Para mí ha llegado la hora del sacrificio y espero la corona merecida con que el Señor me premiará”
Salmo 70
“Mi boca, Señor, anunciará siempre tu salvación”
San Marcos 12,38-44
“Esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos”


Todos conocemos aquel famoso cuento donde un anciano va de camino con su hijo. De pronto escuchan un fuerte ruido y el anciano, que ya casi no ve, exclama: “Viene una carreta vacía”. Su hijo desconcertado no acierta a comprender por qué afirma esto si él mismo apenas divisa la carreta. Cuando se encuentran, en efecto la carreta está vacía. “¿Cómo supiste que estaba vacía? “ Pregunta. “Porque hacía mucho ruido” es la respuesta sabia del anciano. Y es verdad, los que más ruido hacen, son con frecuencia los que más vacíos se encuentran del corazón. Este es el reproche de Jesús para los escribas. Hacer ruido pero no tener sensible el corazón. Por desgracia en nuestro mundo se aprecia mucho la apariencia y se olvida lo que hay en el corazón. Es fascinante la fama y el aprecio popular, pero es más importante el valor que se anida en lo profundo del corazón. Jesús nos invita a mirar lo que es verdadero y no conformarnos con apariencias. La ocasión se presenta con una viuda que lleva su limosna al templo. Es tres veces pequeña: porque es mujer, porque es pobre y porque es viuda. Todos los defectos en una sociedad, que como la nuestra, busca al mayor, al que más produce y al que más tiene. Sin embargo esta pobre viuda recibe la alabanza de Jesús porque ofrece todo lo que tiene. No se anda con medianías, entrega el corazón y la vida, simbolizados en las dos pequeñas monedas. Gran enseñanza que hace resaltar Jesús. No podemos conformarnos con el ruido, tendremos que tener valores en nuestro corazón. No podemos conformarnos con las apariencias, aceptemos de verdad a Jesús. No podemos conformarnos con dar un poco, o con cumplir, entreguémonos de todo corazón y por completo al seguimiento de Jesús.

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